** Dous estranos no inferno (relato colectivo) > 2
Como era un pouco anónimo o relato e ninguén me fixo propostas (honestas eh...) pois déuseme por título "Dous estranos no paraíso". Non me preguntedes o porqué, o de estranos ainda, pero o do inferno, non sei gustoume. Xa sei que soa un pouco a cine...Sen mais déixovos co segundo capítulo do relato colectivo......
Capítulo 2 "Salteado de naranja y corazón roto"
De aquella noche recuerdo que me quedé paralizado viéndola marchar. Apresurada, con la cabeza baja, se fue perdiendo entre la gente. Estaba desesperado, no podía creer lo que terminaba de escuchar, no podía articular palabra. No sé cuanto tiempo estuve allí, sin entender nada, completamente hundido. No sé como llegué a casa. Solo recuerdo que (...) Ve-lo Artigo completo....
me derrumbé en el sofá y lloré. Pensé que la cabeza me iba a explotar, pensé que estaba viviendo la peor de mis pesadillas. No entendía nada. No lograba comprender el significado de aquellas palabras. En aquel momento daría mi vida por conocer el misterio que escondía aquella mirada recelosa. Aquella noche ni me dio ninguna explicación ni tuve tiempo de pedírsela.
Apenas llevábamos un mes juntos. Apenas pasara un mes desde que una tarde, en el centro comercial, me cogió la mano y me dijo que quería estar conmigo. Fue nuestro primer paseo como novios. Ya estaban colocados los adornos de navidad. Aquella tarde, por primera vez en mi vida, la parafernalia que rodea la navidad me pareció bonita. Así empezamos a salir. Para mi fue un auténtico flechazo, para ella no. Ella ya no creía en el amor, me costó ganarme su confianza, ganarme su sonrisa, ganarme sus besos. Me enamoré como un idiota. Me sentía un idiota, un completo idiota. No podía creérmelo, no podía. Recuerdo que encontré la caja del Orfidal en el cajón de los medicamentos, la abrí y me tomé un par. Caminé por el pasillo sintiendo la frialdad del mármol en la planta de los pies y me metí en la cama vestido.
Al día siguiente me desperté pasado el mediodía, aturdido, con dolor de cabeza, bastante sereno. Lo primero que hice fue buscar el CD. Como soy un romántico empecé a escribir un diario la noche que la conocí. Era un secreto mío, no se lo dije a nadie. Quería regarle el diario en nuestro primer aniversario. Todos mis sentimientos estaban allí, guardados en el CD que sostenía en la mano derecha. Bajé al garaje y busqué un martillo. Unos cuantos golpes bastaron. El CD ya no existía, encima del banco de carpintero solo había unos trozos de plástico. Luego, como si no pasara nada, me comí una naranja. Aquella tarde empecé un nuevo relato: “Los pedazos de mi corazón descansan en el cubo de la basura mezclados con las mondas de una naranja…” Pasaron muchos años hasta que volví a verla, esta vez, en el escenario del club “Las Sirenas”. ____________________________________________________
Este capítulo foi feito por: Mariam
Maxi-Colaboradora de A Lareira Máxica
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