** Una descripción imperfecta
SANXENXO. Julio Torres
Su sonrisa daba saltos de alegría y delataba una profunda felicidad levemente interrumpida por el intenso palpitar del corazón. Sus ojos, aturquesados como un inmenso océano, carecían de límites. Bajo el suave manto de su piel el amor se mecía incansable e impaciente a un tiempo, justo antes de convertirse en pura sangre. Fuera, su tez morena desprendía un cúmulo de buenas vibraciones. Debajo, a sus pies, una voz intentaba trepar sigilosamente a lo alto de su cuerpo para, una vez allí, apretarlo con todas sus fuerzas en un eterno abrazo consentido. Sólo el tiempo y el destino conocían el desenlace final.
Julio Torres © ® 2011