mércores, 24 de agosto de 2011

** Oda ó lapis


SANXENXO. Julio Torres



Ó grito de: ¡¡¡profeee vou afiar o lapis!!!! levantabámonos axilmente do pupitre escolar e íamos quitarlle punta á nosa máquina de escribir na tenra e lonxana infancia, ó tempo que aproveitabamos para tomarnos un respiro. O lapis constituía un elemento primordial nos estuches escolares d@s cativ@s. O outro día volteille quitar punta a un lapis nº 2, o mítico nº2, coa seu círculo vermello coroando o insigne obxecto.

Cando xa che deixaban escribir “a boli” avanzabas un paso máis, mesmo parecía que cumpriras os tan ansiados 18 anos e o bolígrafo constituíra o elmento de transición da nenez á idade adulta. Ter boli e, sobre todo, escribir con el, era como ter moto en lugar de bicicleta, ou ter coche en lugar de moto, ou...

Seguramente hoxe @s cativ@s seguen usando o lapis, pero non tardan tanto tempo en dar ó salto ó líquido elemento derivado do petróleo. Non. Quizais sexa distinto o uso que lle conqueriamos hai uns anos ó actual. Pero voltemos ó lapis.

A afirmación exclamativa -outras veces reconvertida en interrogativa- con que iniciaba esta oda ó lápis repetíase nas mentes inquedas de moitos nenos e nenas dos 70 ou 80. Coa disculpa de afiar o trebello de madeira, iniciábase todo un ritual socializador de camiño á papeleira, lugar onde esmorecían as capas que o recubrían ata que afloraba a famosa punta do lapis. A papeleira era para @s nen@s o que un bar para os maiores. Nela aproveitábase para repasar a fin de semana, o recreo, e contar as máis variadas peripecias, namentres ó fondo seguía a clase como se o mundo vivise dúas realidades paralelas nun mesmo espacio físico. ¡¡Se os afilalápises falaran!!

Ir afiar o lapis esixía toda unha estratexia mínimante coidada: primeiro a de obter o permiso d@ profe, ser un máximo de dúas-tres persoas (dependía d@ profesor/a de turno), non dilatarse en exceso no curruncho da papeleira e, sobre todo, non falar moi alto, pois do contrario a volta ó pupitre era seguro, tiveras ou non a punta afiada. Incluso existía o risco de ser castigado mirando “pa parede” se falabas moito ou facías algunha trastada. Tanta era a importancia do lapis como elemento dinamizador entre @s cativ@s que eran moitos @s que se osaban falsear a saúde física do lapis e en troques de quitarlle unha punta, máis ben facían un playback con “afila” de por medio, aínda a risco de ser pillados. Eran os albores do play-back musical...

Sobre o lapis podería escribir moito. Sen ir máis lonxe no tocante ós distintos tipos de punta e, incluso, sobre os diferentes “afilas”, aínda que un modelo predominaba sobre os restantes. Daquela, coma hoxe, non eran perfectos, e sempre quedaba algunha que outra punta atascada. E é que a calidade do lapis en cuestión e non pasarse de “afiada” era básico. Logo, sempre podías perfeccionar a punta contra o lateral rugoso do “afila”. Aí poderían facerse tratados de puntas....

Actualmente aínda perduran, os afilas xa se modernizaron máis, pero as puntas seguen quedando atascadas no seu interior. Os máis modernos, teñen “afilas” eléctricos, que se alonxan un anaco do artesanal traballo de quitarlle punta á pizarra contida no lapis. O precio da modernidade, xa se sabe...

Non sei, non sei cómo está hoxendía o panorama escolar no relativo a este asunto de “vital importancia” no seu momento, pero hai cousas que permanecerán na memoria dos que algún día fumos cativ@s. O lapis e todo o seu entorno –“afila” e papeleira incluidos-, é unha desas cousas. Longa vida. E co voso permiso, voulle quitar punta ó lapis nº2 que teño ó lado do escritorio...

© Julio Torres

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REMITIDOS POR: Patxi (Ourense)
Colaborador DE A.L.M.

martes, 23 de agosto de 2011

** ¡Qué rabia me dan los porquechos y las porquechas!


COMPOSTELA. Alva


En este tema no hay discriminación que valga, hay guarros y guarras de todas las edades, tribus y colores. No estamos ante un fenómeno propio del verano, qué va. El porquecho se adapta al medio con asombrosa facilidad y puede vivir en hábitats muy diferentes. Tanto les da el clima desértico como las montañas nevadas del Himalaya. En Santiago, también se encuentran fácilmente. Ahora, en verano, parece que las altas temperaturas y el sudor estuvieran directamente implicados en la cuestión de la emanación de tufos insalubres. Parece, claro que parece, sobre todo cuando uno se ducha una vez a la semana. En invierno, con bajas temperaturas y escasa sudoración, cambia la historia. En esta época, la excusa es el frío. Más de lo mismo, ducha semanal.

La crisis, esta terrible crisis económica que estamos padeciendo, también podría ser excusa recurrente para el ahorro de agua, gel y champú. El caso, es que yo, que ya tengo unos cuantos años, recuerdo la existencia de guarros también en épocas de bonanza económica. El guarro ni aprecia los placeres de la ducha ni se cambia la ropa interior. De las uñas, mejor no hablar. ¿Tanto trabajo da cortarse las uñas? Por lo visto, si.

Hace 40, 50, ó 60 años, el baño era así, semanal. Estos hábitos tienen un pase en una época en la que, por no haber, ni siquiera había agua corriente en las casas, ni cuarto de baño, y la ropa la lavaban las mujeres en el lavadero comunal de la aldea. Pero, en nuestros días, salir a la calle, a primera hora de la mañana, oliendo mal, ¡casi no tiene justificación! Vale, no vamos a llevar todos los perfumes de Armani. Claro que no, pero además de las marcas de perfumería selectiva también están las otras, las de todos los días, las que nos podemos permitir la mayoría. Por ejemplo, en Mercadona, venden unos clones, tanto para chica como para chico, de perfumes de los caros. Son las colonias “Como tu” y deben andar por 10 euros los 100ml. Algunas huelen muy bien y duran bastante. ¡Ah!, se me olvidaba, los geles y los champús Deliplus, del Mercadona, también son muy, muy, económicos y cumplen perfectamente.

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REMITIDOS POR: Patxi (Ourense)
Colaborador DE A.L.M.

domingo, 7 de agosto de 2011

** Tarde de rebajas


COMPOSTELA. Alvariño


Colaborador de A Lareira Máxica



Hoy va de rebajas. Afinando un poco, hoy va de compras chollo. ¿Compras chollo? Pues, sí. Tengo el gusto de enseñaros mis últimas adquisiciones. No son nada del otro mundo, lo sé. En el mercadillo de Salgueiriños, Santiago, se encuentran cosas interesantes todo el año. No siempre, aviso, a veces. Ejemplo, unas zapatillas Reebok por ¡¡15 euros!! A la saca, sin más miramientos. Diréis que serán falsas. Serán, no digo que no. El caso es que tengo otro par de color blanco, que se presuponen auténticas porque me las compré en El Corte Inglés el año pasado, (39,50 euros) y son idénticas. Mi hermano, que es un tipo muy perspicaz para algunas cosas, me ha dicho que posiblemente sean robadas. La verdad, cuando las compré no me puse a reflexionar sobre su origen. El caso es que me parecieron una buena compra. ¿Compraríais vosotros este tipo de chollos de sospechosa procedencia? Aunque, ¿no puede tratarse también de algún negocio que cerrase sus puertas y su stock llegase al mercadillo? Creo, que en algún artículo del Código Penal está tipificado como delito adquirir objetos robados conociendo su procedencia ilícita. Normal, por otra parte. Pero, lo que llega a los mercadillos..., aunque se sospeche..., no sé...










Otro chollo interesante me lo he encontrado en una zapatería de Ames, al lado de Santiago. En esta zapatería tienen una especie de zona outlet donde venden zapatos de la temporada anterior a ¡¡15 euros!!. Total, que por entrar no se pierde nada. En la zona outlet no hay mucha variedad, cierto. Aún así, me pillé unos zapatos de estilo deportivo, marca Treinta's, negros, que pienso estrenar cuando llegue el otoño y unos mocasines, marca Pitillos, color beige. En los mocasines, el tacón no me convencía demasiado pero me he quedado más satisfecha al ver que Hispanitas también lo tiene. Conclusión: total de la compra: 45 euros. En fin, que los precios son bastante relativos. Eso sí, hay que echarle horas al tema.

Y ahora, algo que me repatea de las rebajas. Es que no soporto llegar el día 2 de julio, segundo día de rebajas, y encontrarte en algunas tiendas, (este año lo he visto en Zara), el cartelito de “Nueva Colección”. ¿De qué van? Es más de lo mismo, las mismas blusitas de verano y los mismos vaqueros. Otra cosa que me repatea, (oh, cáspitas*, también lo he visto en Zara este año), es que aprovechen los días de rebajas para sacar cuatro trapos del invierno pasado. Muy mal también. Si se indica, como en la zapatería de Ames, que son prendas de la anterior temporada, me parece bien. Pero, que a la tonta, intercalen este tipo de prendas aquí y allá, me parece fatal. No me gusta encontrarme el foular del verano al lado del “echarpe-trapo” de lana. Para eso me voy al mercadillo.







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* Apadrina una palabra en vías de extinción.



** As amigas