luns, 22 de outubro de 2007

** Comunidades con corazón y esperanza. Parte 2

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PARTE 2ª DA EXPERIENCIA

Las gentes del lugar viven en casas de madera (palos unidos entre ellos), de cinc, o incluso de paja, suelos de tierra, cocinan en la parte exterior de la casa con una hoguera, algunos probablemente duermen sin colchón, por supuesto sin luz, ni agua (si tienen suerte y hay agua cerca bien y sino la van a buscar al lugar más cercano (cercano para ellos) y si son de los más afortunados, tienen letrina y sino imaginaos donde harán las necesidades.

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    Por otro lado que deciros sobre la vestimenta, mas que ropa, en muchos casos serian trapos, los niños en casa no la necesitan, están desnudos, sean grandes o pequeños y lo mejor no tienen infecciones como nosotros, están en la tierra tirados, corretean por los caminos descalzos….Y sus mejores ropas son para ocasiones especiales, ir a la escuela, a la capilla, y esa misma vestimenta la cuidan y la miman porque es la única que tienen.

    Aunque parezca mentira ellos viven, a su modo, sonríen y casi ni se quejan. La vida es tranquila, pues no hay tiempo, ni años, la vida pasa sin mas.

    Nosotros, desde nuestra situación, nos fuimos acostumbrando poco a poco y me he dado cuenta, que podemos vivir perfectamente, en las condiciones en las que estábamos.

    Otro aspecto que me costó, el tiempo, el día era intenso, pero parecía que llevábamos mucho tiempo en el lugar, sin embargo pasaba rápido. Supongo, que la diferencia estaba en que no había horarios, ellos lo desconocían, pero no sé como, algunos llegaban bien a la hora de las clases (nuestra función en la comunidad era alfabetizar a niños/as y adultos).

    En nuestras tierras estamos mediatizados por el tiempo, tanto movimiento, que, con frecuencia, no nos permite saborear los buenos momentos de la vida.

    Ahora, me pregunto, ¿quiénes son más pobres? ¿Qué significa ser pobre? ¿Qué significa tener?

    Por las mañanas era tiempo de alfabetización con los niños, era duro, intenso pero lleno de riqueza. Son niños poco acostumbrados a las normas, a una estructura y un orden, muy acostumbrados a memorizar, pero no a razonar. Porque nadie se lo ha enseñado. Pues muchos tienen una gran imaginación, son despiertos, vivos y con ganas de saber y aprender, con entusiasmo. Son muchachos alegres, traviesos, son auténticos. Son niños, sin embargo, casi todos ellos, en sus casas son pequeños adultos, deben trabajar en el campo, cuidar de la casa, ir a buscar agua, lavar…

    A penas comienzan a caminar y ya deben ayudar en el hogar, trabajar. Niños bien pequeños, caminan lejos para coger agua, que ni siquiera nosotras podíamos casi con las botellas. Es una necesidad familiar, para poder vivir, más bien sobrevivir.

    Por la tarde, alfabetización con adultos, son personas muy agradecidazas. En ciertos lugares venia poco gente. Para ellos supone un sacrificio, pues después de muchos horas de trabajo en el campo o en el mercado (horas caminando con pesos sobre sus cabezas, en muchas ocasiones, para vender algo y volver a sus casas) y en sus hogares. Las mujeres, hombres y jóvenes que asisten a las clases, son dignos de admirar, porque después de tantas horas de esfuerzo, no me extraña que la gente no asista.



    En muchas ocasiones, para ellos es más importante comer hoy, que ver un futuro a largo plazo. Comienzan a plantearse muchas cuestiones en sus vidas, pero aún queda mucho, para que valoren la formación y la importancia de la comunidad, para luchar por sus necesidades. A pesar de la mentalidad de las gentes, parece ser, que cada vez hay mas conciencia de comunidad y necesidad de formación, gracias a las semillas sembradas por gente que trabaja en esos lugares, que es poca. (Gracias).

    Sin embargo, me ha llamado la atención, tanto en niños como en adultos, su poca capacidad de crítica, de opinión, el estar a veces tan parados ante su propia realidad. Y, sobre todo, lo poco que se valoran las mujeres, con todos los valores positivos que tienen.

    Es, como si se les cortase la posibilidad de revelarse, pero sé que tienen alas para volar e imaginar. Necesitan que se les de estímulos para valorarse como personas en la sociedad y poder salir a pedir sus derechos.







RELATO REAL ELABORADO POR: Sonia
Colaboradora de A Lareira Máxica

2 comentarios feitos. Deixa o teu!!!!! :

Anónimo dixo...

Hoxe levanteime de mal humor. Creo que foi por culpa dun veciño moi conflictivo que teño, soñei con él. Non recordo todo o soño, que non foi soño senón pesadelo, solo recordo que cando espertei doíame a cabeza. O día de hoxe é mellor que o esqueza. Antes de visitar a Lareira visitei un blog de política no que escribo. Como estaba de mal humor escribín un comentario envelenado. Atoparme con este relato na ALM foi o mellor que me pasou hoxe, moitas veces pregúntome por qué son incapaz de disfrutar do que teño. Eu tamén son pobre, son unha víctima máis do consumismo voraz. Debería pasar unha temporada nese sitio, creo que me sentaría ben.

Anónimo dixo...

Pois ánimo, adiante, é unha experiencia impresionante, merece a pena vivila