** Comunidades con corazón e esperanza. Parte 1
H ace ya algún tiempo, una niña soñó estar y compartir con los más pobres un tiempo. Con los años ese sueño se cumplió, no es el cuento de Cenicienta, ni la Bella Durmiente, ¡no, no!, era mi sueño, ¡ah!, no me he presentado, soy una simple ciudadana del mundo, llamada Sonia, que vive en Galicia (España).
Hoy escribo, desde Republica Dominicana, en Santiago, desde la casa de mayores de las Hijas de Jesús (zona situada en una zona de clase media-alta). Estamos en tiempo de relax, después de compartir con los que menos tienen. Afortunadas nosotras de poder ver tantos contrastes y ser, si cabe, más concientes de la cruda realidad.
Antes de comenzar a contaros mi brevísima experiencia en contacto con los más pobres, pedir perdón a todas mis compañeras por todos los errores cometidos en nuestra convivencia y agradeceros el haber estado ahí y la posibilidad de conoceros. También quiero dar gracias a las Hijas de Jesús por la posibilidad de vivir esta experiencia, por su ayuda, amabilidad y cariño.
He comprobado durante esta convivencia (momentos buenos y duros), que se puede compartir y estar, aunque cada uno sea diferente y piense diferente. Pena, que ha faltado tiempo para mostrarse una, con más libertad.
Es difícil expresar en pocas palabras los momentos vividos aquí. Me voy cuestionándome muchos aspectos a nivel personal, a nivel de la vida y de la zona donde he estado.
Una reflexiona, de forma más intensa, con que poco podemos vivir y cuanta dependencia tenemos, cuanta importancia damos a lo material y que poco dedicamos al ser, al estar con las personas, al ayudar, a ser verdaderos ciudadanos del mundo, a ser persona humana. Cuanto tiempo dedicamos en darle vueltas a cuestiones que no son tan importantes, aunque nos lo parezca y sino lo solucionamos nos hundimos.
RELATO REAL ELABORADO POR: Sonia
Colaboradora de A Lareira Máxica
2 comentarios feitos. Deixa o teu!!!!! :
Estas son o tipo de experiencias polas que todos deberíamos pasar algunha vez para aprender a pararnos quietos máis de 5 segundos seguidos, para aprender a mirar o noso arredor, para aprender que hai vida máis alá dos nosos ombligos capitalistas pero sobre todo, para aprender a saber quen somos.
Pregúntome, o igual que o fai Sonia, quen son os que saen máis favorecidos dunha experiencia semellante, eles ou nos.
¡Qué bonito relato, qué bonito que na Lareira Máxica teña cabida esta historia, qué realidade tan dura! Gracias Sonia por compartir esta experiencia.
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