venres, 2 de febreiro de 2007

** SONOS BONITOS E INCONFESABLES (Cap.3)

SUEÑOS BONITOS E INCONFESABLES

Capítulo III: "Mientes fatal"
[ Lembra o Capítulo 1 e o Capítulo 2 ]


Esta noche he tenido el mismo sueño, el baile sobre la alfombra beige se está convirtiendo en una obsesión. Al despertarme he vuelto a mi realidad mundana de cada día. El trabajo, el marido, los amigos, algún viaje. Mi sueño tiene nombre propio. Todo lo que me rodea es convencional hasta la saciedad. Si no fuera por la agencia ya me habría vuelto loca. La publicidad no es un trabajo, es una válvula de escape. He creado un buen equipo. Al principio me guiaba por un sexto sentido, ahora no, ahora tengo un gerente que se ocupa de casi todo. Sé que podría marcharme un año y que todo quedaría en las mejores manos. José Manuel Fernández Cid toma casi todas las decisiones, tiene mucho poder en mi empresa, es el único verdaderamente imprescindible. Al principio no se fiaba mucho de mí, tuve que pagarle muy bien para traérmelo. Son cosas que pasan, pensó que este proyecto era un capricho. Ahora se que está a gusto aquí. M&M Publicidad ya es parte de su vida. El otro día, sin venir mucho a cuento, le solté: ...Ve-lo Artigo completo...

-Quiero despedir a Jesús.

-¿Por qué? Se ha adaptado bien y es un buen creativo -replicó.

-A veces es demasiado… infantil.

-Ah…, ahora se dice así -dijo sonriendo.

-No tengo ganas de hablar de este tema.

-Piénsalo bien, no creo que sea una decisión acertada -contestó Cid.


Claro que no era una decisión acertada, Jesús es un buen colaborador, sí, pero yo ya no lo soporto. No hablamos más sobre el tema. Supongo que no tomó en serio mi comentario. Sabe que aprecio a Jesús. Hasta ahora, había sido capaz de llevar este negocio usando criterios empresariales, pero ahora Jesús empieza a molestarme. Me afecta. Su ausencia me entristece. Me gusta. Le echo de menos. Me apetece estar con él a todas horas. Tengo ganas de besarle. No sé que voy a hacer. Es como una tortura diaria, una dulce tortura que se vuelve sueño cada noche. José Manuel lo sabe, y si no lo sabe con certeza, lo intuye. A veces, en las reuniones, me devuelve una sonrisa cómplice. Posiblemente no me comprenda, o tal vez sí, conoce a mi marido.


Mi marido vive por y para su trabajo. Lo suyo es la cirugía: inventar técnicas nuevas, organizar congresos, publicar artículos en las más prestigiosas revistas, atender a sus pacientes,… es un buen cirujano y le gusta que reconozcan su trabajo. No nos llevamos mal, al contrario, somos un matrimonio fracasado muy bien avenido. Lo peor de todo es que, aunque nuestro matrimonio agonice, también le tengo cariño. Sus pacientes le adoran, les dedica tiempo, les escucha, todo de buenas maneras. Esa humanidad de buen médico sigue sorprendiéndome. Si algo tengo que reconocerle es que los malos momentos siempre sabe estar a la altura de las circunstancias. Bueno, algo es algo. Mi hermana Carmen siempre me dice que tengo que darle gracias a Dios por todo lo que tengo, que no me atreva ni siquiera a quejarme. Carmen tiene una curiosa teoría del matrimonio: dice que unos se casan usando la cabeza, otros se casan movidos por el corazón, otros se dejan arrastrar por la pasión, y los menos, lo hacen por un compendio de todo lo anterior. La mía fue una decisión tomada con el corazón. Mi marido usó la cabeza, como siempre. Ahí está el origen del problema.



Jesús es el aire fresco de la mañana. La ilusión contagiosa, la gracia innata. Creo que me recuerda a mí cuando tenía 20 años. Sus labios siempre esbozan una sonrisa. Nos ha invitado a la feria de Abril, unos familiares suyos tienen un cortijo en las afueras de Sevilla. Él va a coger parte de sus días de vacaciones para irse a la feria. La idea del despido sigue rondándome por la cabeza. Quiero perderlo de vista. Me gusta demasiado.


-¿Cómo te hiciste esa cicatriz?
Tengo una cicatriz casi imperceptible encima del labio superior, me la hice de pequeña, jugando en casa de unos vecinos. Casi no se me nota. Es una vieja herida de guerra, debía tener cuatro o cinco años.

-Me caí de pequeña.


Él sí que me va a dejar una cicatriz enorme, en el corazón. Estoy muy confundida. A veces me gustaría huir. Dejar esta vida atrás y, por una vez, ser yo misma. Añoro la libertad, me siento atrapada. Puede parecer una decisión egoísta, no creo que lo sea. Quiero vivir mi vida, es tanto pedir. Haga lo que haga, nunca es suficiente. Envidio a los músicos callejeros que pueblan el casco histórico de mi ciudad. Qué vacía me siento. Que vieja, siendo tan joven. Tengo que despedirlo, no me va a quedar otro remedio. Es una decisión tan difícil, exige tanta valentía…. No sé que hacer, me estoy enamorando. Ya no puedo seguir así. Entre mi corazón y mi cabeza se ha desatado una guerra.


-No lo niegues, no puedes negarlo, te gusta de verdad, anda dilo, miente un poco, di que no le quieres –me desafía el corazón.

-No le quiero.

-Mientes fatal, claro que le quieres, le quieres más de lo que crees. Le has querido desde el primer día. No puedes negarlo. Estás fatal de la memoria, lo has contratado porque se parece a Fernando, ni más ni menos. Anda niña, no me vengas con cuentos, qué esperabas, si parece su hermano, y por encima es andaluz, y medio árabe, y un poco italiano. Es otro más, otro, el mismo tipo, son todos iguales. Me tienes aburrido, chica, y harto, que no me das una alegría.

-¡Déjame en paz corazón!
Y la cabeza no es mejor:

-No sé en que líos te metes, no te comprendo. Anda, cógete unas vacaciones que las necesitas. Qué cosas se te ocurren, cuándo vas a madurar. La culpa es del corazón y sus locuras. Tú ni caso, ¿me oyes? El chico es mono y agradable, que no vamos a negar lo evidente y ya está todo dicho, ahora toca volver a la realidad. Pon los píes en la tierra de una vez. ¡Pero ya! Céntrate, esto es un negocio, no lo olvides, hacemos anuncios y cobramos por ello. Seriedad. Recuerda que tienes un marido y no seas loca.

-¡Sí, sí, mucha seriedad, ja, ja,ja…! -el corazón se parte de risa escuchando a la cabeza.
La cabeza se resigna. Sabe de sobras que el corazón tiene la batalla ganada. El corazón sigue provocándome:

-Anda, dile que venga y charláis un poco.

-¡Cállate un poco corazón!


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RELATO FEITO POR: Pilar ("A escritora máxica")
Colaboradora de A Lareira Máxica

2 comentarios feitos. Deixa o teu!!!!! :

Anónimo dixo...

¡¡¡Guau!!!
El relato de Pilar me esta enganchando cantidad!!! Ya estoy deseando conocer su continaucíon. ¿Para cuando el cuarto capitulo? Si es que parece un relato de un libro y todo ¿por que no se anima a publicarlo en vez de usar este blog (con mis respetos para Julio vaya por delante-?)

Julio Torres dixo...

Encántame como escribe Pilar. Agardo que nos siga obsequiando con moitos máis capítulos. Chapeau!!!